Buen fin de domingo,
Llegó tarde el cortito, lo sé lo sé.
Te lo explico abajo.
Vamos.
PD: hoy es más larguito que cortito.
Hoy domingo me tomé el día para desconectar, salir a caminar (aunque hace literalmente 5 grados), cocinar una torta, tomarme un té, mirar unos episodios de mi canal de YouTube favorito (un hombre de Alaska que acampa con los hijos y construyen refugios en la nieve) y hacer nada.
Por eso llegó tarde el correo.
Vengo con unas semanas muy intensas y necesitaba desconectar un poco porque estoy realmente cansada. La semana pasada tuvimos la semana de mayor facturación del negocio desde que existe y esa misma noche lloré de lo sobrepasada y agotada que estaba.
En la vida no todo es perfecto y sistemático, las cosas ya sea porque se rompen o porque están funcionando muy bien, te pasan por arriba. A vos, a mí, a todos, no somos robots.
Nadie tiene todo resuelto. Ni nada se mantiene perfecto.
Hay días que son un dolor, hay días que son un 100 y hay días que mejor olvidarlos. Lo más importante de todo es tener presente por qué hacemos algo y que ese por qué tenga sentido para cada uno.
Eso es lo que ayuda en los días o semanas que te pasan por encima (como me estuvo pasando últimamente). El verdadero problema no son las épocas de cansancio, el verdadero problema es cuando el cansancio no está justificado con un por qué poderoso para vos.
¿Qué sentido tiene sino?
Y si resulta que identificaste que todo esto (lo que “esto” sea para vos) es un sin sentido, si hay algo que sobra en la vida son oportunidades de cambiar.
De lo que sea:
Así que si es tu caso, si te diste cuenta que no tiene sentido o que ya no lo querés. Porque la vida es así, podemos renunciar a algo que antes queríamos, los humanos cambiamos. Estamos hechos para el cambio.
Cambiá. Sin miedo. Cambiá.
¿O acaso sos inmortal?
Esto no es un truco de marketing como me dijeron el otro día, la Academia SC cierra.
Después del viernes 31 de mayo a las 23:59 horas no se van a vender más los programas, cursos y workshops que están dentro.
Comprá ahora antes de que cierre haciendo click acá.
Esto no significa que nunca más voy a armar nada nuevo, ni que me retiro del mundo de los contenidos o de la educación o que no voy a mandar más el cortito.
Si querés agilizarte la vida podés comprar todos los programas en un solo pack, o podes comprar el pack de productividad o el pack de negocios o los cursos individuales.
Si solamente podes comprar un curso, mi recomendación es que hagas el de gestión del tiempo. Te va a ordernar la mente, las decisiones y el objetivo desde su concepción es que sea una caja de herramientas para tu día a día.
Que cierre la academia es algo bueno.
Es parte del cambio y la evolución del negocio.
Los planes que tenemos y lo que se viene van a ser una locura y esperamos que impacten en la vida de aún más personas que lo que logramos con la academia.
El foco puesto para fines de 2024 inicios de 2025.
Y acordate: comprá ahora antes de que cierre.
Hace dos semanas hablamos con Mili en su podcast “La Fórmula” en Infobae.
Lo más importante de esta entrevista es mezclarlo con el contexto de lo que te conté arriba mientras la escuchas.
Una vez les conté por acá que algo que me ayudó en la vida para ir tomando decisiones sin tener que estar todo el tiempo analizándolas, fue definir una serie de frases que guiaban mi camino.
Cada vez que tenía una duda al frente lo único que tenía que hacer era contraponer esa situación con alguna de las frases que me guiaban y tomar la decisión era mucho más simple.
Hoy me puse a leer de nuevo mi poema favorito en la vida: Invictus de William Ernest Henley que es parte de las frases que guian mi vida y hacía mucho tiempo no me lo recordaba.
Esta fue una de esas semanas que hacía falta volver a las raíces.
El contexto del poema es que cuando Henley tenía 16 años, su pierna izquierda tuvo que ser amputada debido a complicaciones derivadas de la tuberculosis. A principios de la década de 1870, después de buscar tratamiento para problemas con su otra pierna en Margate (pobre William), le dijeron que tenía que amputarse la otra pierna. William no se quedó con ese dianóstico y en agosto de 1873 decidió viajar a Edimburgo para contratar los servicios del distinguido cirujano inglés Joseph Lister, que pudo salvar la pierna restante de Henley después de múltiples intervenciones quirúrgicas en el pie.
Mientras se recuperaba en la enfermería, escribió los versos que se convirtieron en "Invictus". Una evocación del estoicismo victoriano, de la autodisciplina y fortaleza ante la adversidad.
Y dice así:
En medio de la noche que me cubre
Negra como el abismo de polo a polo
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
por mi alma inconquistable
En las feroces garras de las circunstancias
No me he lamentado ni he llorado
Golpeado por el destino
Mi cabeza sangra pero se mantiene erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Se acerca inminente el horror de la sombra
Y aún así la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.
Vos sos el amo de tu destino, sos el capitan de tu alma.
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