Sobre el valor (o “axia” como se conocía en el mundo antiguo y corría mucho por los estoicos) que le asignamos a lo que nos rodea. Si me seguís hace un tiempo sabes que guío mi vida con la filosofía estoica, de vez en cuando te cuento un poco sobre los estoicos y comparto alguna que otra frase de Seneca, Epicteto o Marco Aurelio, por mencionar algunos. Hoy es uno de esos días.
Esta semana termine de subir el contenido al workshop para aprender a gestionar tu tiempo y estuve pesando mucho sobre la importancia de entender a dónde nos dirigimos, qué es importante para nosotros para así poder alcanzar lo que nos proponemos. Cuando digo “qué es importante para nosotros” me refiero no sólo a esos objetivos profesionales que querés alcanzar, sino a tu vida entera, a lo que querés de tu vida, de tus días. A lo largo de los años identifiqué que son pocas las personas que hacen ese ejercicio, un ejercicio que es simple y al mismo tiempo poderoso, trae mucha claridad respecto de lo que realmente valoramos. Fue también por eso que me pareció fundamental agregarlo al workshop.
Leyendo esta semana me encuentro que, cero casualidad, los estoicos están en sintonía con esto que venía pensando. Dentro de otras grandes genialidades que trajeron al pensamiento y forma de vivir, hacían énfasis en la importancia de desarrollar solidez al apuntar a nuestros objetivos y la correcta preparación para lograrlo. Decían que después de evaluar el verdadero valor de las cosas, debemos fijar nuestro objetivo correctamente en algo de verdadero valor para nosotros y para los demás bajo nuestro cuidado. Epicteto uso la analogía con el dinero para dar un ejemplo:
“Cuando se trata de dinero, donde sentimos nuestro claro interés, tenemos todo un arte con el que el evaluador usa distintos medios para descubrir el valor de ese dinero. Pero cuando se trata de nuestro propio principio rector (algo así como los valores que guían nuestra vida), bostezamos y nos quedamos dormidos, aceptando cualquier apariencia que pase sin considerar el costo real".
A lo que apunta es que básicamente, con temas como el dinero tenemos mil herramientas para saber si no nos están vendiendo el perro, porque tenemos muy arraigado lo que vale cada centavo y lo que deberíamos recibir a cambio. Por el contrario, con lo que son los valores de nuestra vida, lo que nos guía, solemos aceptar casi cualquier cosa que nos pone en frente la vida porque no hemos realmente hecho el ejercicio de entendernos, entender el valor que esperamos de lo que nos rodea y no esperar ni buscar menos que eso. Es fundamental entender qué es de valor para nosotros, para de esa forma poder aplicar un filtro cada vez que nos desviamos o que lo que tenemos al frente no está a la altura. Y sigue Epicteto:
Los grandes líderes no se emocionan con cada impresión, buena o mala, que aparece en su radar. En cambio, se toman el tiempo y todos los medios necesarios para probar la verdad real y el valor del asunto en cuestión. La solidez del juicio depende de esto.
Lo que elegimos valorar, cuánta importancia asignamos a las cosas, determina hacia dónde dirigimos nuestra actividad y los resultados que siguen. La vida que armamos. Como diría una gran frase que guía mi vida desde muy joven: “If you don’t stand for something, you will fall for anything” / “Si no te paras por algo, caerás por cualquier cosa”.
Calentando motores con el equipo para el lanzamiento #2 de Negocios Exitosos. El programa que lanzamos hace 3 meses para ayudar a emprendedores y emprendedoras a disminuir el riesgo y aumentar las probabilidades de éxito en sus emprendimientos. Te cuento cómo fueron estos meses y el por qué de cada etapa para que lo apliques cuando lo necesites.
Antes una intro. Hace un tiempo que quería armar un programa bajado a tierra y bien práctico para transmitir todo lo que aplico cuando armo negocios y que a lo largo de los años viendo tantos emprendimientos, sé lo que funciona y lo que no. Me canse de ver personas dedicando tiempo y recursos a negocios que sabía que de la forma que los estaban pensando e implementando no iban a funcionar. Así que dije bueno, es hora y salió Negocios Exitosos. Así fueron los pasos:
Buscaba sólo 10 participantes: Sólo iba a seleccionar 10 personas para que participen, al final terminaron siendo 20 porque quería ver el programa cómo funcionaba con personas de distintos contexto y rubros. Motivo: buscaba un número pequeño de participantes porque el objetivo de la primera etapa era conseguir feedback de los participantes sobre el contenido, la plataforma y el formato para recién en la segunda etapa abrirlo a más personas. El programa no estaba armado aún y si abría la canilla para que se suscriba todo el mundo no iba a poder controlar cualquier inconveniente que pudiera surgir con una plataforma nueva, con contenido nuevo y formato nuevo. Cuando apenas lances algo busca hacerlo de manera escalonada, el objetivo al inicio es obtener datos y feedback para hacer una propuesta sólida y después salir con la segunda versión a más personas. Así podes contener cualquier contingencia.
Había que pasar un proceso de aplicación y selección: Las personas que querían participar tenían que aplicar sí o sí completando un formulario. Motivo: el formulario es un filtro en dos sentidos. 1) Quienes se toman el tiempo de completalo, mínimo ya tienen algo de compromiso. 2) Con el formulario identificaba quiénes estaban en sintonía con los requisitos de este estadío de validación. Aplica formularios siempre que quieras filtrar de una manera simple en etapas previas.
Generar confianza y compromiso: Tuve llamadas con cada una de las personas que quedaron en la lista chica de pre-seleccionados para conocerlos mejor y contarles más sobre el programa, por ejemplo que el contenido no estaba listo y se iba a ir subiendo semanalmente. Hacer las llamadas era el contacto humano necesario para generar el vínculo y la confianza con alguien que estaba por pagar por un programa que aún no existía y para terminar de corroborar que eran el fit correcto para este programa en este momento. En esta hermosa era digital resulta muy fácil alejarnos de lo humano e ir por la solución simple de quedarnos en formularios o chats, siempre que puedas habla con la gente, contacto humano, real. Especialmente para temas que son importantes.
El programa era y es pago: Por más que el programa aún no existía, sabía el valor que tenía y todo lo que iba aportar. Muchas personas podrán decir “Si el contenido no estaba ni armado ¿No es mejor darlo gratis?” la respuesta es NO. 1) Las personas que reciben algo gratis no le asignan el mismo valor y compromiso que si aunque sea hubieran pagado 200 pesos, ciencia, googlealo. 2) La mejor validación que vas a encontrar en el mundo es que alguien efectivamente pague por lo que estas ofreciendo. O como diría en el programa y repetí conmigo: "la principal validación la obtenés del mercado cuando está dispuesto a pagar por lo que ofreces”.
Contenido y sesiones de feedback: A lo largo del programa hubo sesiones de feedback 1:1 conmigo para ver cómo iban con el contenido, sumado a los encuentros que teníamos con todo el grupo en las llamadas de Q&A y a formularios que tenían que completar al finalizar cada semana sobre cómo vivieron el contenido. Ésta era la clave de estos meses, el feedback. El santo grial de los buenos negocios, lo que te cuentan tus clientes. Busca siempre este feedback en lo que sea que estes haciendo, ya sea que tengas un negocio o que dirijas un equipo, entendé cómo esta tu equipo, cómo esta viviendo el trabajo y también de esa forma vas a poder crear equipos sólidos y felices.
Gracias a ese feedback el programa está hermosamente listo para abrir sus puertas en breves. Estamos analizando actualmente cuántas personas van a entrar en la próxima camada ya que el programa no va a quedar abierto y se va a abrir cada ciertos meses. Si querés enterarte antes que nadie apenas abramos las puertas podés anotarte en la lista de espera haciendo click acá.
El último episodio de PDB, los descubrí hace unas semanas gracias a Sofi una seguidora en Instagram y me hacen reír demasiado contando las noticias.
Usa este hack si querés empezar a ir al gimnasio (o entrenar).
“No existe escasez de buenas ideas, lo que falta es la voluntad de ejecutarlas”
