Cortito y al pie #22: La única decisión que cambio mi vida

Publicado el
13/9/2020

1. ¿Qué estoy pensando?

En la única decisión que definió el resto de mi vida a los 25 años. Pero antes vamos a ir unos años más atrás, cuando tenía 23. En ese entonces trabajada en una aceleradora. Lo que hacia me resultaba extremadamente interesante y sumado a eso tenía un rol donde podía implementar todo lo que se me ocurriera. Trabaja de lunes a lunes, no porque me lo impusieran sino porque me gustaba lo que hacía y siempre estaba haciendo más de lo que tenía que hacer.

Siempre digo que haber comenzado mi carrera en un lugar que me dio tanta libertad y confianza para tomar decisiones, ejecutar y equivocarme moldeó gran parte de cómo soy y cómo trabajo hoy en día. Entre muchas otras cosas: nunca nadie me respiró en el cuello, ni me dio un feedback sin fundamento, no había ruido de comunicación ya que los objetivos y las expectativas eran siempre claros.

Te puedo asegurar que en resumidas cuentas esas son las situaciones que influyen en la felicidad y el desempeño de un equipo. Seguramente haz experimentado en algún momento de tu vida jefes/as sin fundamentos que te hacen pedidos sin sustento, que te dan feedback que no se entiende y que aunque tengas la fecha límite el 30 te piden todo el 15. ¿Cómo te sentiste en esos momentos? Pensalo. Me estoy yendo de tema, dejamos eso para otro cortito.

Volviendo a la historia, en esa época me pasaba muchas horas en la oficina y cuando llegaba a casa abría la computadora para seguir leyendo, aprendiendo y aplicando ideas que se me ocurrían. Sumado a eso, fue la misma época donde empezamos a armar Chicas en Tecnología y eso implicaba que sumado a las horas que pasaba con la aceleradora, las horas que me quedaban del día las pasaba con mis socias dandole forma a CET y ejecutando lo que sea necesario para que funcione.

Esos años de mi vida fueron como hacer un MBA entre todo lo que aprendía y aplicaba y todo lo que vivía en un día. Después de un par de años de ese ritmo, por mas que amaba todo lo que hacía, esa intensidad llegó a cansarme. Empecé a sentir el famoso burnout. Acá es donde empieza todo.

Si algo no te está sumando a la vida es hora de cambiarlo. Sabía que ese ritmo no era sano y no me estaba haciendo bien. A mis 25 llegó el momento de dar el salto a la siguiente etapa de mi carrera y empezar un trabajo nuevo. Antes de hacerlo tomé una sola decisión y me prometí a mí misma que iba a mantenerla pasara lo que pasara.

La decisión fue: no vas a trabajar nunca más los fines de semana, sin importar lo que pase.

¿Parece simple? no lo fue. Ésta decisión implicaba poner límites, no sólo a mí misma sino a las personas con las que trabajaba. Significaba hablar con mis socias para contarles mi situación y por qué lo había decidido (comunicación clara y apoyo) y acomodarnos para encontrar otros espacios de trabajo que no sean los fines de semana que era el único espacio que solíamos tener libre porque las 4 teníamos trabajos full-time, aparte del full-life que era Chicas en Tecnología. Significaba que en mi nuevo trabajo, que ya había aceptado donde tenía un rol de liderazgo y dirigía un equipo, no iba a sumarme a instancias que impliquen trabajo los fines de semana, que eran muchas porque estábamos armando algo que en ese momento no existía en Argentina y a veces los tiempos nos corrían y requería que lo hagamos. Significaba armar un contexto que me ayude a mantener esa decisión: sacar las notificaciones del correo de mi celular y nunca más aceptar que me envíen mensajes de WhatsApp por temas de trabajo.

Al principio era complejo acostumbrarse y hasta difícil de implementar "No puedo éste sábado, busquemos un día en la semana” o "no me sumes a grupos de WhatsApp que tienen que ver con trabajo usemos otro canal” decir que NO no es algo que nos salga natural, generalmente buscamos estar en sintonía con las otras personas. Me tuve que obligar a decir más que NO.

Con el paso del tiempo todo se fue volviendo más fácil y ya no tenía que pensarlo cada vez que se presentaba la situación, era una respuesta automática. Lo que pasa con el desarrollo de un hábito, es que es el mismo proceso que sucede cuando aprendemos a manejar, al principio lo tenemos que pensar pero cuando lo hacemos repetidamente nuestro cerebro empieza a naturalizarlo y eventualmente se vuelve parte de nosotros. Después de alcanzar ese punto resulta más difícil sacarse el hábito que obligarse a ejecutarlo.

Esa única decisión moldeo el resto de hábitos que fui implementando a lo largo del tiempo. A partir de sacar las notificaciones de los correos saqué todas y cada una de las notificaciones de mi celular. Dejé de trabajar los fines de semana y subsiguientemente empecé a trabajar menos durante la semana. Con el paso del tiempo volví a trabajar los fines de semana, por decisión propia porque escalé otro nivel en la organización de mis días y empecé a implementar una forma de trabajo en donde durante la semana también tenía días libres y era todo mucho más equilibrado. Fin de semana y días de semana perdían la diferencia en este nuevo contexto.

Una única decisión y mantenerla me llevó a cambiar mis días en formas que no me entra todo este cortito (que no está siendo tan cortito esta vez 😂) para contarte.

Para ir cerrando, quiero que si lo necesitas vos también puedas hacer lo mismo. Te comparto cuatro puntos que tenés que poner en marcha si queres cambiar algo de tu vida que no te está sumando o si queres lograr algo hace tiempo y no sabías cómo empezar:

  • Entende qué querés y por qué. Tiene que significar algo para vos, escribí lo que querés lograr en algún lugar visible y al lado poné el por qué. En mi caso quería dejar de trabajar los fines de semana para tenér mayores momentos de descanso y
  • Empezá de a poco. No quieras hacer 10 cambios en un mes. Con 1 por años vas a estar bien. A medida que lo vayas haciendo y vayas viendo los resultados, eso te va a llevar a los siguientes cambios que quieras implementar.
  • Busca personas que te apoyen. Contá lo que querés lograr y buscá apoyo. Por ejemplo: si estas buscando una vida más saludable y vivís con otra persona, hablalo para que te ayude en ese proceso y no compre take out todos los días.
  • Arma el contexto para que juegue a tu favor. Definí cuáles son las acciones que van a ayudarte a alcanzar tu objetivo. Si querés tomar más agua, todas las noches vas a dejar un vaso de agua al lado de la cama, si querés comer más sano vas a dejar de comprar alimentos que no te ayudan y tenerlos en tu casa. Si queres dejar de procrastinar con Instagram vas a desinstalar la App de tu celular.

Espero que mi experiencia te sirva y los puntos te ayuden a pasar a la acción.

👉 Si querés profundizar más sobre cómo lograr lo que te propones, éste lunes lanzo un workshop con todos los pasos para hacerlo. Podés activar la notificación para enterarte apenas lo lance en ésta historia de Instagram.

2. ¿Qué estoy mirando?

El documental “El dilema de las redes sociales”. Es un mix entre realidad y ficción, retratando las estrategias que empresas como Facebook y Youtube implementan para que pasemos más y más tiempo en sus plataformas y cómo eso nos impacta a nivel individual y como sociedad. Otro punto que plantea el documental es que si estamos accediendo a un servicio que es completamente gratuito: nuestra información y nuestros datos son el negocio. Si querés mi perspectiva, sobre este tema escribí para La Nación acá y acá.

3. ¿Qué estoy escuchando?

Popstar de Drake ft DJ Khaled. Te puse directamente link al video de Youtube porque hicieron una mini peli (medio flashera) donde el protagonista es Justin Bieber.

4. Popular en Instagram esta semana.

Tres cosas de las que nunca deberías sentirte culpable.

5. Frase para analizar

“Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”

- Yoda

Abrazos virtuales!

Fima de Sofia