"Rompe la barrera del no: negociar como si tu vida dependiera de ello” de Chris Voss. Sólo decir que este libro es excelente. Es de esos libros a los que vuelvo una y otra vez porque explica de una manera simple y completamente práctica cómo negociar. Las negociaciones no son cosas que pasan solamente en los negocios, la vida es una negociación constante. Aplico mínimo una vez por día alguna técnica de este libro. Por ejemplo, cómo lograr tu objetivo en una conversación haciendo únicamente preguntas. También podes ver más sobre esto en la lista de videos de Chris en YouTube o si tenés Masterclass también tiene una clase en esa plataforma.
Disfrutando de no hacer nada o como dirían en Italia "dolce far niente". La cuarentena trajo, entre muchas otras cosas, en algunos la sensación (o realidad) de improductividad y en otros de hiperproductividad.
En mi caso me salió lo segundo porque mi tendencia es siempre hacia hacer más y es algo que tengo que tener controlado porque sino después pasan 6 meses y trabaje todas y cada una de las horas del día. Tal vez en éste momento estes pensando “wow que bueno” y no, hacer demasiado tampoco es bueno. Estar todo el día con la cabeza a mil en uno, dos, tres proyectos tampoco es sano. Particularmente pasé de trabajar 3 o 4 horas por día, ejercitar, estar con amigos, tener citas conmigo misma, a estar más de 12 horas trabajando en la mayoría de los días, exprimiendo cada segundo de cada día para sacar nuevos proyectos que iban surgiendo.
De a poco estoy volviendo al equilibro, principalmente identificando cómo me voy sintiendo y activando acciones que me ayuden. Y dentro de eso está el dolce far niente como lo llaman en Italia o niksen como le dicen en Holanda: el arte de no hacer nada. Quiero que te grabes que no hacer nada, en realidad es hacer mucho.
Desconectarnos de nuestras tareas puede traer múltiples beneficios para la salud como muestra Andrew Smart en “El arte y la ciencia de no hacer nada” y también podemos encontrar en innumerables estudios. Darle un descanso al cuerpo ayuda a que la mente se oxigene y pueda recargar energía, nuestro cerebro funciona de la misma manera que el resto de nuestros músculos, se fatiga y se vuelve menos eficiente si lo trabajamos demasiado.
Pero ojo, este no hacer nada no significa simplemente tirarte a ver televisión, consiste en dejar de lado la vorágine cotidiana, sean cuales sean tus actividades, y dedicar tiempo a conscientemente vivir y disfrutar el momento, estar presentes y relajadas/os. Desde salir a caminar, a tomar un té en tu balcón o sentarte en un café y ver las personas que caminan por la calle, dolce far niente es una filosofía que nos permite descubrir el encanto de las simplezas de la vida. Algo similar plantea Julia Cameron en el libro “El camino del artista” cuando habla de tener citas con el artista, o sea con nosotras/os mismas/os. Generar estos momentos de disfrute, de desconectarnos de la tecnología y no pensar en preocupaciones del futuro o remordimientos del pasado genera una hermosa felicidad instantánea.
Y como me gustan siempre los experimentos: te invito a que esta semana metas en tus días aunque sea 10 minutos de dolce far niente, con lo que sea que te haga feliz, que te haga estar presente y disfrutando. Y si queres contame cómo venís en eso por DM en Instagram o mandame un mail.
Sobre que el optimismo es una elección y una actitud que reforzamos todo los días con lo que pensamos, hacemos y decimos. Y para eso voy a traer una parte de un breve artículo de Seth Godin con el que estoy tremendamente de acuerdo:
Si tu equipo va ganando por treinta puntos en el entretiempo, no es optimista esperar que vaya a ganar; es una evaluación realista.
El optimismo es una actitud y una elección. Implica contexto y enfoque. No significa engañarnos con la seguridad de que todo va a estar bien (porque eso no es productivo). En cambio, significa estar comprometidos a encontrar cosas en las que podamos contribuir, trabajar y mejorar. Nos dedicamos a buscar lecciones útiles y a descubrir dónde el beneficio de la duda puede resultar útil.
El pensamiento positivo no resuelve todos los problemas. Pero es una herramienta mucho mejor que el pensamiento negativo.
Empecemos a pensar desde el “¿Cómo podría?” en vez desde el "No puedo".
Empieza hoy a ejercitar este hábito.
“Olvidate de los errores del pasado. Olvidate de los fracasos. Olvidate de todo excepto de lo que vas a hacer ahora y hacelo.”
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