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Fake it till you make it o cómo conseguir tus objetivos simplemente fingiendo.

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Imagina que estás tomando asiento en la primera fila de un auditorio, miras para atrás y está lleno. Hay 100 personas en el público y dentro de 20 minutos es tu turno de subir al escenario y dar una charla.

En tan solo unos minutos debes levantarte, caminar por el pasillo y empezar a hablar arriba del escenario.

Te preparaste implacablemente, ensayaste la presentación más de 10 veces y hasta las preguntas potenciales que podrían surgir del público.

Hasta ahora todo va según lo previsto, llegaste a horario, el micrófono funciona bien y las personas parecen interesadas. Pero interiormente algo está pasando. Lentamente se está empezando a extender un hermoso pánico silencioso. Te empiezan a transpirar las manos.

Cuando tratas de recordar lo que has estado planeando decir, tu mente se queda en blanco. Sentís un poco de náuseas, o peor, y las rodillas parecen temblar aunque estés sentadx.

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La escena de recién es algo con lo que cualquier persona que haya hablado o quiera hablar en público puede relacionarse. Definitivamente yo puedo. Por más que a esta altura haya hablado en auditorios de 1000 personas, entrevistas en vivo a nivel nacional y en otros idiomas, al día de hoy aún sigo experimentando algunos de estos síntomas cuando voy a hablar en público.

A la derecha del panel yo, hablando en vivo para todo Latinoamérica y Europa en el Foro Económico Mundial Medellin 2016. Tuve nervios, sí.

¿Por qué les cuento esto? Porque creo que puede ayudarles saber que existen muchas formas de para superar esas sensaciones y no sólo pueden aplicar estos conocimientos para de hablar en público sino para superar y lograr cualquier objetivo que se propongan.

Acá les dejo algunas herramientas que pueden ayudar, muchas que he aplicado y sigo aplicando día a día cuando encaro nuevos proyectos o simplemente necesito un empujón.

El poder del cuerpo

En situaciones en las que nos sentimos incómodxs y fuera de nuestra zona de confort, como es el caso en entrevistas de trabajo, negociaciones, hablar en público, encarar nuevos proyectos sin saber qué va a pasar (emprender). Nuestro cuerpo suele cerrarse y hacerse pequeño.

Nos encorvamos, cruzamos los brazos, nos tocamos el cuello, bajamos la cabeza. Este comportamiento no es exclusivo de los humanos sino que puede verse en todas partes del reino animal. Así como un animal dominante ocupa mucho espacio, un animal de baja potencia tiende a gatear y ocupar menos espacio.

Lo que es realmente interesante de esto es que la investigación ha demostrado que, al igual que los sentimientos que nos bajan nos influencian a exhibir un lenguaje corporal sumiso, nuestro lenguaje corporal también afecta la forma en que nos sentimos.

Si te obligas a sonreír, por ejemplo, al morder un lápiz, te hará sentir más feliz. Esto se conoce como la Hipótesis de Retroalimentación Facial y pueden conocer un poco más en el siguiente video:

Por otro lado, la investigación sobre "Poses de Poder" de Amy Cuddy y sus colegas ha demostrado que alterando conscientemente nuestro lenguaje corporal podemos cambiar la forma en que nos sentimos en una determinada situación.

Esto se hace exhibiendo lo que los investigadores llaman “Poses de Poder”, que en esencia es una técnica bastante directa. Lo que haces es esencialmente ocupar más espacio con nuestro cuerpo, exhibiendo poses más confiadas. En lugar de hacernos pequeñxs, deliberadamente nos dispersamos y exudamos confianza.

Hacer esto por solo un par de minutos aumenta significativamente nuestra testosterona (“la hormona de la dominancia”) mientras disminuye nuestros niveles de cortisol (“la hormona del estrés”), convirtiendo efectivamente estos niveles de hormonas al mismo que tienen los líderes poderosos y efectivos.

Entonces, si alguna vez te encontras en una situación estresante o de incertidumbre, por ejemplo antes una entrevista de trabajo, empezar un emprendimiento o desmayarte antes de dar una presentación como en el ejemplo anterior, recordá solo un par de minutos de simulación de un comportamiento dominante te tranquilizará y te hará sentir más segurx.

Actuando extrovertido

Posar como una persona poderosa no es la única forma de cambiar nuestro estado mental. Un estudio (1) mostró que actuar de forma extrovertida, incluso si sos introvertidx, hace que te sientas más feliz.

En este estudio, se les pidió a los participantes que actuaran de manera extrovertida durante 10 minutos y luego informaran cómo les hizo sentir. En general, las personas informaron sentir emociones más positivas en situaciones cotidianas en las que actuaron o se sintieron más extrovertidos.

Los resultados mostraron que incluso entre los introvertidos, actuar de una manera extrovertida aumentó su felicidad.

Si sos normalmente una persona callada y retraída, fingir comportamiento extrovertido puede tener un gran efecto tanto social como para tu bienestar.

Cognición encriptada

Otra forma de aplicar el "fake it till you make it" es cambiando nuestro guardarropa (!). La investigación ha demostrado que usar ropa similar a la de las personas que admiramos y que consideramos que tienen ciertas cualidades realmente transfiere algunas de sus cualidades sobre nosotrxs.

En este estudio (6) los investigadores querían saber si la ropa que usamos cambia la percepción de nosotrxs mismxs y nuestro propio comportamiento.

Para probar esto, realizaron un experimento en el que estudiantes universitarios recibieron una bata de laboratorio blanca para usar antes de realizar una prueba cognitiva específicamente enfocada en la atención, conocida como el Test de Stroop.

Test de Scroop

A un grupo se le pidió que se pongan una bata de laboratorio de un médico y al otro grupo se les pidió que vistan un abrigo de pintor. Algunos de los atributos que se le suele asignar a los médicos es la atención al detalle, la concentración y precisión.

Finalmente, el grupo en el “saco del doctor” superó por grandes márgenes en los resultados de las pruebas al otro grupo. Todos los participantes sabían, por supuesto, que no eran médicos o pintores. Pero no importó. El solo hecho de creer que llevaban un saco de médico fue suficiente para transferir algunas de las cualidades percibidas de los médicos al grupo.

Esta investigación muestra que si hay una habilidad o cualidad que deseemos desarrollar en nosotros mismos, vestirnos como alguien que ya lo posee nos va a ayudar a desarrollarla.

Esto no es magia, es simplemente una forma de preparar a nuestro cerebro para ser más disciplinado en el desarrollo de las habilidades y cualidades que deseamos.

Entonces, fake it till you make it, o mejor dicho, fake it till you become it cómo dice Amy Cuddy (en el segundo video). Lo que sea que intentes lograr, seas quien seas, no es necesario posponerlo para el futuro. La investigación muestra que una forma mucho más efectiva es empezar a actuar como si ya estuvieras ahí:

• Si queres emprender, empezá a llamarte emprendedor/a.
• Si queres tener más confianza, actúa como una persona segura de sí misma.
• Si queres ser más sociable, fingí que sos naturalmente abiertx y comunicativx.
• Si queres ser corredor/a, empezá a usar ropa deportiva y a correr.
• Si queres ____________, ¡empezá a fingir!

“Debes ser la persona que nunca has tenido el valor de ser. Poco a poco, descubrirás que eres esa persona,
pero hasta que puedas ver esto claramente, debes fingir e inventar “.

Abrazos virtuales!

Fima de Sofia